El 76% de los españoles que practica el teletrabajo cree que es más productivo cuando trabaja desde casa. Y es que en ningún sitio se está como en casa y parece que tampoco en ningún sitio se trabaja como en casa. «Reduce las distracciones y aumenta el nivel de satisfacción y el control del trabajo de los empleados», explica Eva Rimbau, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC. «Reducir elementos de distracción influye positivamente en la autopercepción de la productividad de los trabajadores y mejora, a su vez, la productividad de la empresa», explica Rimbau basándose en el estudio comparativo a 298 empleados de dos organizaciones, antes y después de la implantación del teletrabajo. En España estas cifras todavía son bajas: solo se ha sumado al teletrabajo el 8% de las empresas, cuyo 30% forma parte del sector de las TIC.
Las empresas también se benefician del teletrabajo. Según un estudio, las compañías «perciben que aumenta la productividad, asegura la retención de los trabajadores, reduce la rotación laboral, refuerza su compromiso con la organización y mejora el rendimiento de las personas», afirma Rimbau. Si además se le suma un ahorro de costes de 1.200 € por trabajador al año, todo indica que «el teletrabajo es una tendencia al alza y no hay razones para creer que se estancará».
«Cada vez más empresas dan un dispositivo portátil a sus trabajadores: se ha pasado del 39,3 % en 2011 al 61,5 % en 2015», comenta Rimbau. «Actualmente el 22,56 % de los trabajadores tiene un dispositivo móvil de empresa». A su vez, muchas compañías han flexibilizado el acceso a los sistemas desde fuera de la oficina: «Casi el 62 % de las empresas en el Estado lo permiten». Son «señales inequívocas de que la gente teletrabaja».
El teletrabajo reduce las distracciones y aumenta la productividad
A pesar de todo, el 49% de los españoles no confía en que sus compañeros sean productivos fuera de la oficina. La experta de la UOC afirma que «somos igual de eficientes o más trabajando desde casa, donde se pueden crear las condiciones para no recibir interrupciones». La percepción social del teletrabajo responde aún a la antigua idea de presencialidad. Para Rimbau «es erróneo creer que las oficinas son entornos óptimos de trabajo». Son lugares «donde hay muchas distracciones, especialmente en espacios abiertos sin despachos, que cada vez son más frecuentes». Los estudios demuestran que el teletrabajo reduce las distracciones, explica Rimbau, aunque afirma que en casa «puede haber “tentaciones”, pero se debe tener en cuenta la propia capacidad del trabajador para autorregularse».
En España «todavía existe la percepción de que es más productivo trabajar por horas que por objetivos». Por eso es necesario que las empresas «instauren una cultura de responsabilidad basada en los resultados y el cumplimiento de objetivos», comenta. A pesar de la percepción que se tiene de los otros compañeros, lo cierto es que el 86% de los españoles y el 73% de los empleados europeos piensan que sus vidas podrían mejorar si pudieran trabajar con mayor flexibilidad.
Además, el nivel de éxito del teletrabajo depende de la tarea que hay que realizar y de si la tecnología es la adecuada. Para la experta, «si las empresas se dotan de buenos sistemas informáticos que permiten trabajar desde cualquier lugar y el trabajo que se realiza cuando se teletrabaja implica creatividad, entonces la productividad del trabajador aumenta».
Peligros del teletrabajo
El impacto sobre los trabajadores puede cambiar mucho según «la intensidad con que teletrabajen y según cómo se gestione en su empresa el teletrabajo». Mar Sabadell, profesora del máster de Prevención de riesgos laborales de la UOC, y Eva Rimbau plantean algunos de los problemas que pueden sufrir los teletrabajadores:
- Instalaciones y espacios no adecuados para trabajar (en cuanto a ventilación, luz, ruido, silla, equipamiento tecnológico, etc.). El derecho a la privacidad en el hogar hace difícil que los empresarios o las administraciones puedan comprobar si las condiciones en las que trabajan son seguras.
- Recibir menos apoyo social de los compañeros, lo que puede reducir su bienestar psicológico. La complicidad que se establece físicamente con los compañeros es difícil de alcanzar si se teletrabaja. Por esta razón empresas que ya nacieron basadas en el teletrabajo intensivo (como WordPress o Buffer) organizan encuentros periódicos en los que todos los colaboradores coinciden en un mismo espacio.
- Dificultades para asistir a formaciones presenciales ofrecidas en las instalaciones de la empresa. El uso de tecnología permite resolverlo con videoconferencias, mediante aplicaciones como Skype o Hangouts, aunque no todas las empresas están preparadas para ofrecer estos apoyos a sus teletrabajadores.
- La no relación con los jefes. Si la cultura de la empresa no está alineada con la idea de que lo importante son los resultados en vez de la presencialidad, esto puede generar la desconfianza de los jefes y puede comportar dificultades para promocionar a puestos de mayor responsabilidad.
- El trabajo desde casa puede hacer borrosas las fronteras entre el trabajo y la vida personal, lo que para algunas personas puede resultar estresante.
- Los teletrabajadores suelen trabajar aunque estén de baja, lo cual es un problema para recuperarse adecuadamente.